Esta madrugada miles de mujeres jóvenes argentinas lloraban bajo la lluvia frente al recinto de su Honorable Senado. Se escuchaban gritos de rabia y tristeza tras difundirse la noticia de que el proyecto de ley de aborto legal para las primeras catorce semanas de gestación había sido derrotado, aún tras haber sido aprobado semanas antes por la Cámara de Diputados.
Los argumentos que esbozaron los senadores que votaron en contra del proyecto de ley a menudo se centraron en una defensa genérica a la “vida”. María Teresa González, por ejemplo, declaró seguir “apostando por la vida, por los nuevos soñadores”. Esteban Bullrich declaró: “¿qué es la vida? Es lo que nos hace estar hoy acá. Sin vida, el resto no existe.” Pero, ¿de qué vida hablan estos senadores? Ciertamente de la vida de las mujeres, no.
La campaña en contra del aborto legal en Argentina tenía como slogan la protección de “dos vidas”- la de la madre y la del feto- y varios senadores apelaron a la supuesta necesidad de salvar “dos vidas” en sus discursos antes de definir el voto. Sin embargo, la vida y la salud de las mujeres son inevitablemente puestas en riesgo cuando el aborto es ilegal, tanto por los abortos que se practican en la clandestinidad, como por los riesgos del embarazo, parto y puerperio impuestos.
En Argentina, medio millón de mujeres interrumpen su embarazo cada año[i], a pesar de ser penado con prisión de uno a cuatro años.[ii] Las cifras de mortalidad materna indican que en Argentina en el año 2016 murieron 43 mujeres por aborto, pero no dan cuentan de las 50,000 internaciones anuales por abortos inseguros que hay en ese país, ni mucho menos de los abortos que no se reportan. La ilegalidad no detrae a las mujeres de procurarse un aborto. Lo único que sucede es que los abortos se realizan en condiciones de clandestinidad, a menudo con peligro para la salud y la vida de la mujer.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren aproximadamente casi 830 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto y un 99% de ellas se encuentran en los países en desarrollo.[iii] Además, la mortalidad materna es mayor en las zonas rurales y en las comunidades más pobres y las jóvenes adolescentes corren mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.[1] Los abortos inseguros, la mayoría de veces efectuados en condiciones de clandestinidad, son una de las principales causas de muerte materna en el mundo. En México, durante los últimos diez años han muerto entre 778 y 992 mujeres por año a causa de mortalidad materna, de las cuales la segunda causa, representando un 20%, es el aborto inseguro.[iv]
Las mujeres en mayores condiciones de vulnerabilidad, de pobreza y de marginación, son las que buscan y que mueren en consecuencia del aborto inseguro. En la Ciudad de México se han realizado 198,325 abortos legales desde el 2007, año en que el aborto fue despenalizado para las primeras doce semanas del embarazo.[v] Estas mujeres han tenido abortos legales y seguros, y, por tanto, en la Ciudad de México no se reportan muertes maternas por causa de abortos peligrosos desde hace más de una década.
En Estados Unidos, antes de la decisión de la Suprema Corte en Roe v. Wade que permitió el acceso al aborto a nivel federal, el número de muertes de mujeres como resultado del aborto ilegal era significativo: en 1930, por ejemplo, el aborto fue la causa oficial de muerte para más de 2,700 mujeres (18% de las muertes maternas) y en 1965 las muertes por abortos ilegales representaron 17% de las muertes maternas totales en ese país.[vi] Actualmente, una de cada cuatro mujeres en los Estados Unidos se practicará un aborto legal antes de cumplir 45 años[vii] y se experimentan complicaciones derivadas del aborto seguro en menos del 0.5% de los casos. El aborto legal es uno de los procedimientos médicos más seguros que existen.[viii] En realidad, las reacciones emocionales adversas como consecuencia del aborto son raras y la mayoría de las mujeres experimentan alivio y reducción de depresión y ansiedad.[ix]
Los senadores argentinos que votaron por el “no” resaltaron los daños psicológicos que sufren las mujeres que abortan, pero omiten selectivamente los daños psicológicos que resultan de ser obligada a llevar a término un embarazo no deseado. El Relator Especial de la ONU sobre Tortura ha reconocido que “los malos tratos infligidos a mujeres que solicitan servicios de salud reproductiva pueden causar enormes y duraderos sufrimientos físicos y emocionales, provocados por motivos de género”.[x] En el caso K.L. vs. Perú [xi], se le negó a una mujer la interrupción del embarazo a pesar de que a los tres meses de gestación el feto fue diagnosticado como anencefálico sin posibilidad de vida fuera del vientre. La mujer fue obligada a llevar a término, a parir y a amamantar a una niña anencefálica que vivió cuatro días. El Comité de Derechos Humanos de la ONU consideró que la denegación del aborto en este caso había sido una violación al derecho de la persona a no ser víctima de tratos crueles, inhumanos y degradantes. Este caso podría darse en Argentina, en donde las dos únicas excepciones a la punibilidad del aborto son la violación y el peligro a la vida de la madre que no puede evitarse por cualquier otro medio. El Comité contra la Tortura de la ONU también ha expresado reiteradamente su preocupación por el hecho de que las restricciones en el acceso al aborto y las prohibiciones absolutas con respecto al mismo conculcan la prohibición de la tortura y los malos tratos.[xii]
La Cámara Alta defraudó a las mujeres argentinas hoy. El cineasta Pino Solanas, de 82 años, se dirigió a las jóvenes que esperaron bajo la lluvia y las animó a que no se den por vencidas. “¡Bravo chicas! Esta noche es sólo un pequeño descanso. Será ley, nadie podrá parar a la oleada de la nueva generación”.
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[i] https://tn.com.ar/sociedad/los-numeros-del-aborto-cifras-que-alarman_853154
[ii] Código Penal de la Nación Argentina, artículos 85 y 88.
[iii] Organización Mundial de la Salud, Mortalidad Materna: Datos y cifras, 16 de febrero de 2018, disponible en: http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/maternal-mortality
[iv] El aborto inseguro es la segunda causa de muerte materna en México (20%), empatada con la hemorragia obstétrica (20%) y después de las enfermedades hipertensivas del embarazo, parto y puerperio (40%), de acuerdo con el Informe sobre Defunciones Maternas de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/286001/MMAT_2018_SE01.pdf
[v] Gobierno de la Ciudad de México, Información sobre pacientes atendidas en servicios de ILE en la Ciudad de México, disponible en: http://ile.salud.cdmx.gob.mx/estadisticas-interrupcion-legal-embarazo-df/
[vi] Gold, Rachel B. (2003). Lessons from before Roe: Will past be prologue? Guttmacher Policy
Review.
[vii] Jones, Rachel K. y Jerman, Jenna (2017), Population Group Abortion Rates and Lifetime Incidence of Abortion: United States, 2008-2014. American Journal of Public Health.
[viii] Upadhyay UD et al. (2015)., Incidence of emergency department visits and complications after abortion, Obstetrics and Gynecology y White K, Carroll y Grossman D (2015) Complications from first-trimester aspiration abortion: a systematic review of the literature, Contraception.
[ix] Council on Scientific Affairs, American Medical Association (1992). Induced termination of pregnancy
before and after Roe v Wade: trends in the mortality and morbidity of women. JAMA
[x] Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez, 1 de febrero de 2013, A/HRC/22/53, párr. 46-50
[xi] Comité de Derechos Humanos, K.L. vs. Perú, Comunicación Nº 1153/2003, Decisión del 24 de octubre de 2005.
[xii] Comité contra la Tortura, 25 de julio de 2006, Examen de los informes presentados por los estados partes en virtud del artículo 19 de la convención, Conclusiones y recomendaciones del Comité contra la Tortura (Perú), CAT/C/PER/CO/4, párr. 23
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